El niño agresivo
Muchos niños muestran comportamientos agresivos como pegar, empujar, arañar o morder.
Este comportamiento suele aparecer al comenzar Educación Infantil, pero en algunos casos se prolonga a lo largo de los años escolares.
La presencia de esta conducta hasta los 5 ó 6 años puede ser un proceso normal, ya que a esa edad, la capacidad de autocontrol es todavía reducida. Pero aunque
su presencia forme parte del desarrollo, se trata de comportamientos inadmisibles que hay que corregir.
El comportamiento agresivo tiene consecuencias negativas para los demás niños porque puede provocar daños y heridas importantes.
Pero también tiene consecuencias para el propio agresor ya que acabará siendo rechazado y evitado por los demás.
Además un niño agresivo se arriesga a que sea también objeto de una agresión como respuesta a su conducta.
El niño desobediente
¿Por qué desobedecen? Porque como personas que son, cuestionan todo lo que escuchan:
El niño desobedece si las cosas se le exigen con voces y gestos dictatoriales. La manera en que se le plantea al niño una orden, influye a la hora de llevarla a cabo. Existe una diferencia entre RECORDAR (sugerir, estimular) y ACOSAR (criticar, quejarse, regañar). Habitualmente, acostumbramos a los niños a que para hacer las cosas, los tenemos que acosar previamente. Así, el niño esperará a que llegue ese "acoso" para hacer las cosas.Ejemplos: recordar es "si tardas demasiado en irte a la cama, entonces no habrá tiempo para contarte un cuento"; "si le gritas a tus amigos y no compartes las cosas con ellos, es posible que no vuelvan a venir a jugar contigo".
Muchas veces el niño no comprende las órdenes, porque son contradictorias (se permite hacer lo que no está permitido) o porque son poco claras o demasiado abstractas ("sé bueno", "pórtate bien").
A veces se dan muchas órdenes seguidas.
En lugar de dar la orden, se pregunta: ¿quieres lavarte ya los dientes?
A veces el problema está en que hay muchos cuidadores con diferentes normas.
Algunos niños se acostumbran a desobedecer y que eso no tenga consecuencias, saliéndose así casi siempre con la suya.
Desobedece si se le formula el mandato en momentos inoportunos (por ejemplo: si está viendo su programa favorito).
Los celos
La llegada de un nuevo hermanito produce mucha alegría en casa, pero también muchos cambios, sobre todo para el primogénito, acostumbrado a sentirse el centro de
atención y único objeto de cariño.
No se deben despertar en el primogénito falsas expectativas, por ejemplo, "vas a tener un compañero con el que vas a poder jugar" y luego comprueba que el recién nacido
sólo es un pequeño que chilla y que acapara todas las atenciones.
Cuando el hijo mayor manifieste sus celos de una forma desagradable ("qué feo es… ¿por qué no lo tiráis?"), no se le debe reñir, hay que entender que está sufriendo.
Hay que evitar las comparaciones entre el primogénito y el bebé.
¿Cómo se pueden manifestar los celos?
· Pesadillas.
· Regresiones (se pueden volver a hacer pis en la cama).
· Cambios de comportamiento.
· Mala relación con la madre.